- Unas 40 personas se ocupan de que el día a día del torneo sea excelente y cumpla estrictamente el protocolo de seguridad sanitaria.
- Desde las 6 de la mañana que se preparan las pistas hasta el cierre del club, se cuida cada detalle para el ‘normal’ desarrollo que la competición
Mairena del Aljarafe. 6.00 de la mañana. El equipo de mantenimiento llega a las instalaciones de Río Grande para preparar para competición las pistas de tierra con las que cuenta el club. El Rafa Nadal Tour by Santander cumple su octava edición, es el circuito juvenil más importante de España y cada año celebra uno de sus torneos en Sevilla. Este año no es uno más, es distinto y si cabe más difícil que los anteriores. La situación de emergencia sanitaria lo condiciona (casi) todo.
Entre las 7.00 y las 7.30 accede el personal de administración y la dirección del torneo, prefilando ya todo lo que está por venir en cada jornada. A las 7.30 se habilita el control de acceso a las instalaciones, una entrada separada del acceso principal del club para que el desarrollo del torneo se realice de manera independiente al resto de actividades y zonas de Río Grande. Los auxiliares del control de acceso y los miembros de Protección Civil llegan para supervisar que el acceso y la separación entre el torneo y el resto del club funcione según el estricto protocolo preparado por la dirección del circuito y la dirección del club. Los jugadores no pueden llegar más de 30 minutos antes de su orden de juego previsto.
A esa hora empiezan a llegar participantes y acompañantes, uno por tenista en esta edición por protocolo de seguridad. En la entrada se les recuerdan los condicionantes y las zonas por las que se desarrolla el torneo, algo que se refuerza en la caseta que ejerce como oficina del torneo, donde cada jugador y su acompañante se identifican (registro de entrada y salida) antes de que se les llame por megafonía para solicitar su presencia en la pista asignada, se entrega a los jugadores las bolas y la bebida y al finalizar cada partido ofrecen el resultado y depositan las bolas.
Sin zona de calentamiento por las restricciones a las que obliga la situación actual, a las 8.00 comienzan los partidos de las distintas categorías en las todas las pistas disponibles, hasta las 12 que tiene el club. Después de cada partido, los operarios de mantenimiento repasan el albero de las pistas e higienizan los bancos donde se sientan los jugadores para dejar todo listo para el siguiente turno.
En los días con más carga de partidos, este patrón se ha repetido sin cesar hasta las 21.30, horario máximo de funcionamiento de las instalaciones de Río Grande que permite cumplir con el toque de queda, fijado para las 22.00 horas. Se han dado casos de partidos que han tenido que interrumpirse y continuar por la mañana.
Metidos ya en el fin de semana, el ritmo de partidos baja en la misma proporción en la que sube la trascendencia de los mismos. Pero el celo y el protocolo sigue siendo el mismo para las casi 40 personas que la organización despliega en Río Grande para que el funcionamiento del Rafa Nadal Tour by Santander sea tan excelente como los valores que intenta transmitir el circuito.